Más allá del final

Hace relativamente poco tiempo, buscando alguna película con la que entretenerme, me encontré absorta en la trama de una película interminable: "White Noise". A medida que avanzaba, descubrí que la historia no se centraba en llegar a un destino, sino en explorar los intrincados senderos del viaje. Desde aquel momento, mi búsqueda incansable me ha llevado a explorar películas y series que capturan la esencia de ese viaje narrativo.

En la bastedad del paisaje cinematográfico actual y huyendo de las estructuras básicas del cine, emerge un nuevo enfoque narrativo que desafia las convenciones tradicionales, relegando la importancia del final para abrazar el valor del proceso y las reflexiones a lo largo de la narrativa. A medida que el cine abraza este nuevo enfoque, es evidente que la audiencia contemporánea busca experiencias cinematográficas que desafíen las expectativas y ofrecerán más que una simple conclusión. Este auge de la cinematografía centrada en el proceso y las reflexiones promete un emocionante horizonte creativo donde la complejidad narrativa y la riqueza visual son celebradas más allá de la resolución convencional.

Con cada película y serie que sumaba a mi lista, una pregunta comenzó a formarse en mi mente: ¿Estamos siendo testigos de una revolución silenciosa en la forma en la que disfrutamos del cine? ¿Ha llegado el momento de explorar narrativas que desafíen nuestra obsesión por las finales impactantes y nos sumerjan en la riqueza del proceso narrativo?

Discrepo de la opinión general; creo que "White Noise" no merecía la crítica negativa que recibió. A pesar de que el tercer acto puede sentirse algo desconcertante, comprendiendo que el núcleo de la película no es la nube tóxica ni las pastillas, esos temas son meramente utilizados para metáforas, realmente el corazón de la historia es cómo los personajes enfrentan adversidades. El desarrollo de la historia se centra en cómo la familia procesa sus problemas y, hacia el final, Jack y Babbet llegan a entender que no hay forma de escapar de sus temores y que lo que realmente les dará paz es confrontarlos, aceptarlos y continuar con su vida normal, puesto que no está en su mano hacer nada. Siento que es un mensaje bastante poderoso, pero por la forma también no convencional en la que el mensaje se transmite, la película requiere que analices todo lo que está pasando porque no está dispuesta a guiarte en el viaje que ofrece.

Las obras que se centran en el proceso a menudo pueden tener un ritmo y una estructura diferentes. La ausencia de un objetivo o meta clara desde el principio puede resultar desconcertante para algunos espectadores, especialmente aquellos acostumbrados a tramas lineales y predecibles. Esto puede generar desinterés o pérdida del hilo conductor y provocar que dejes de visualizar la obra. La fuerza de este tipo de cine reside principalmente en la experiencia y la exploración de los personajes, abarcando tanto sus decisiones como sus motivaciones, y las complejidades de las conductas humanas. Esto se traduce en una narrativa que se sumerge en temas más complejos, proporcionando una trama rica en matices y capas.

"Atlanta" desafía las convenciones tanto en su estructura como en su desarrollo. Cada episodio presenta una historia independiente en su núcleo central, entrelazada con pequeños hilos conductores que exploran la vida personal de Earn y su rol como manager de Paper Boi. Su base son los cuatro personajes principales: Earn, Paper Boi, la intermitente novia de Earn (Van) y el mejor amigo de los dos primos, Darius, y sus andanzas por Atlanta. Cuatro temporadas para diluir la identidad afroamericana y criticar la tendencia a categorizarse étnicamente. La serie cuestiona nociones preconcebidas sobre la "auténtica" cultura negra, reflejando la realidad mientras construye un paisaje surrealista.

No es una serie evidente y sencilla; su propio carácter experimental no la hace recomendable para todos, ya que evita un encadenamiento típico de gags, optando por el desafío de encontrar la comedia en desarrollos únicos y soluciones peculiares.

La sociedad actual, marcada por la inmediatez y la ansiedad, encuentra su reflejo cinematográfico en películas que desafían la norma del "scroll compulsivo" y la satisfacción instantánea. En este contexto, obras de este tipo rompen con la tradición narrativa, sumergiendo al espectador en una experiencia personal y única. Obliga al espectador a abandonar la mentalidad de ¿qué sigue? para sumergirse en ¿cómo he llegado hasta aquí? En un mundo saturado de contenidos efímeros, este tipo de obras desafiantes nos invitan a reconsiderar nuestra relación con el tiempo narrativo, exigiéndonos una atención sostenida e incitándonos a explorar las capas más profundas de la narrativa.

Por el contrario, "Dejar el Mundo Atrás" emerge como un intento ambicioso de sumergirse en la corriente de películas que desafían la narrativa tradicional. Sin embargo, parece quedarse atrapada en tierra de nadie, flotando entre la inacción y la falta de reflexión profunda. La falta de eventos significativos deja a la audiencia esperando un giro que nunca llega, dejando una trama en un estado de estancamiento constante. Por otro lado, parece renunciar a las oportunidades de ofrecer reflexiones trascendentales; la película flirtea con temas profundos pero no logra llevarlos a un nivel que provoque reflexión en el espectador. La película se enfrenta a la difícil tarea de equilibrar la ausencia de acción con una profundidad narrativa que, lamentablemente, no alcanza.

Este nuevo género, que posiblemente haya arraigado en las raíces del cine de autor, está ganando progresivamente terreno en las plataformas más "mainstream". Estas nuevas películas nos desafiaban no solo a absorber historias, sino a involucrarnos activamente en su creación. En un mundo del cine saturado de giros sorprendentes, esta corriente emergente nos impulsa a convertirnos en cómplices del proceso, a saborear cada fotograma ya cuestionar nuestra obsesión por el desenlace. 

¿Estamos dispuestos a sacrificar la resolución definitiva en favor de explorar las dimensiones filosóficas?

Algunas de las producciones cinematográficas que consideramos que siguen esta línea incluyen "Atlanta" dirigida por Donald Glover, "White Noise" dirigida por Noah Baumbach, "Beef" dirigida por Lee Sung Jin, "Mother" dirigida por Darren Aronofsky, "Lucky" dirigida por John Carroll Lynch y "El Oso" dirigida por Christopher Storer.

Julieta Bao Simón